Lesión medular y las posibles terapias gracias a las nuevas tecnologías para rehabilitación
Como ya es bien sabido, la médula forma parte del sistema nervioso central, constituye un segmento muy importante que vehiculiza la información tanto que proyectamos desde nuestro cerebro (ej: el movimiento voluntario), como aquella información que recibimos desde la periferia (ej: información táctil). Podríamos decir que una lesión medular, ocasiona entre otras cosas la interrupción de esa información que proyecta y que recibe nuestro cerebro.
En función de la localización y de la dimensión del daño que se ha producido en la médula aparecerán diferentes síntomas clínicos.
Antecedentes históricos de lesiones medulares
Ya se encontraron hallazgos que datan de hace mas de 4.500 años que hacen referencia a las lesiones medulares y a su tratamiento.
Hablamos de un papiro egipcio descubierto por Edwin Smith que habla de “las lesiones medulares ocasionadas por fractura o dislocación de la vértebra del cuello y acompañadas de parálisis”.
Por aquel entonces podemos imaginar que la esperanza de vida para aquella lesión era prácticamente nula, y es que hasta el año 200 d.C. no se introdujo por el médico Galeno el concepto de médula espinal en la civilización.
Desde entonces, a lo largo de cientos de años se mantuvo esa expectativa de que esta patología era una sentencia de muerte inminente, expectativa que afortunadamente sí ha cambiado en la actualidad.
Podríamos decir que no se empezaron a hacer investigaciones más rigurosas de las lesiones medulares hasta la II Guerra Mundial, en donde ya se había mejorado significativamente la supervivencia de los pacientes con lesión medular.
Me ha parecido interesante compartir estos puntos de inflexión de la trayectoria histórica de la lesión medular, ya que suscita una reflexión que conduce a que el punto en el que nos encontramos ahora era inimaginable alcanzarlo años atrás.
El estudio de la lesión medular en la actualidad
Gracias a la ciencia empezamos a conocer en profundidad los mecanismos que subyacen en el sistema nervioso central, y es que si nos dirigimos a una base de datos y recopilamos estudios científicos que hablan sobre las lesiones medulares, encontraremos que entre 2017 y 2019 se han publicado más de 10.200 estudios.
El presente de la neurorehabilitación de las lesiones medulares ya guarda una estrecha relación con nuevas tecnologías, y sin ninguna duda son herramientas que también constituyen un punto de inflexión en la historia de la rehabilitación de las lesiones medulares.
Los cuadros clínicos que nos podemos encontrar en esta patología son muy heterogéneos, pero la evidencia científica actual nos sugiere que hay un denominador común en la trayectoria que tiene que llevar una rehabilitación para estos pacientes; intensidad, repetición y funcionalidad.
Las nuevas tecnologías hacen posible la implementación eficiente de estos tres ingredientes a lo largo del proceso de rehabilitación, y hay múltiples centros que actualmente están haciendo uso de ellas para aplicar esta premisa.
Sintomatología en una lesión medular
Como hemos dicho, la sintomatología que subyace en una lesión medular es muy variable, sin embargo, en muchos de los casos una de las metas terapéuticas es conseguir reeducar la marcha o intentar dar los primeros pasos tras la lesión.
Los exoesqueletos son herramientas que facilitan modular la intensidad del tratamiento, facilitando dar muchos pasos de una forma segura, simétrica y funcional.
El objetivo de la rehabilitación con un exoesqueleto es facilitar al paciente una experiencia real de marcha, y progresivamente ir reduciendo la asistencia del dispositivo para exigir mayor implicación a la musculatura del paciente durante la marcha.
Como es bien sabido, hay numerosas situaciones en las que la lesión medular es completa y esto en términos del miembro inferior supone una parálisis que interrumpe la posibilidad de realizar movimientos activos con el miembro inferior.
Para este cuadro clínico también se pueden aplicar los exoesqueletos para marcha, pero los objetivos suelen ser diferentes, y se conducen hacia conseguir un mayor control de tronco y a buscar los beneficios inherentes a mantener una posición erguida en bipedestación.
Un ejemplo de dispositivo que permite llevar a cabo todas las funciones mencionadas sería el Ekso de Eksobionics.
La neuroplasticidad
La neuroplasticidad es un concepto que al que se recurre mucho en la comunidad científica actualmente, es la capacidad del sistema nervioso para cambiar y reorganizarse.
Podríamos diferenciar entre neuroplasticidad mala, o desadaptativa, y neuroplasticidad buena o adaptativa.
El proceso de la lesión medular se podría considerar neuroplasticidad desadaptativa; el sistema nervioso ha experimentado un cambio tras la lesión que interrumpe o dificulta la transmisión de información entre las neuronas.
Durante la rehabilitación se promueve la neuroplasticidad adaptativa, facilitando a partir de la experiencia y la repetición de un gesto motor desde el que se llega a estimular que el sistema nervioso busque nuevas rutas alternativas para llevar a cabo ejecución de ese movimiento.
La rehabilitación de los miembros superiores con las nuevas tecnologías
En esta entrada nos hemos centrado mucho en la rehabilitación de la marcha, pero me parece también relevante hacer especial mención a dispositivos relacionados con la función de la mano y miembro superior.
Sujeto a los mismos objetivos de rehabilitación explicados previamente, existen también dispositivos que abordan desde un punto mecánico, como el guante robótico Gloreha sinfonía, o el dispositivo robótico para miembro superior motore).
Desde un punto de vista neurofisiológico es interesante mencionar los FES, o dispositivos de electroestimlación funcional, que facilitan la neuroplasticidad y la funcionalidad a partir de estimular la contracción de un músculo debilitado mediante estímulos eléctricos controlados que se traducen en un movimiento.
Como conclusión, las nuevas tecnologías son sin duda el presente y el futuro de la rehabilitación para las lesiones medulares.
En escasos años se ha generado un progreso muy relevante en este campo, y está claro que la mejor herramienta para seguir progresando es la ciencia investigación.